Las huellas del tiempo en el espacio trazan líneas de fuga que dotan de perspectiva a la conciencia. Nos hallamos ante una poesía de la conciencia, tanto social (el puño de hierro que aprisiona a los niños también soy yo) como íntima. Cada poema se presenta como una epifanía en una dirección que aúna dos sentidos contradictorios: la sed de lo sublime (necesidad mística) y el anclaje en la dolorosa y cruda realidad. Ambos sentidos no se anulan entre sí, sino que trazan una vía, una línea de fuga(cidad), un atisbo de sentido, como la mirada de los niños.
●dificultad media